¿Por qué ante una mayor inversión en los trabajadores, hay empresas que reducen sus beneficios y hay otras que los aumentan? Esta ecuación, de diferente resultado según el caso, ha sido el objeto de la última investigación de Zeynep Ton, profesor asociado de un centro asociado al Massachusetts Institute of Technology.
El estudio se ha centrado en el caso de una cadena de grandes almacenes norteamericana que desde que aumentó los salarios hasta un 40%, ha aumentado también sus beneficios de forma considerable. Pero Zeynep Ton también ha estudiado otros ejemplos de Estados Unidos, como las tiendas de ultramarinos o gasolineras , y también de fuera de su país.
Así pues, en su estudio establece cuatro maneras de conseguir que la inversión en los empleados derive en un aumento de los beneficios de la empresa, convirtiendo a los trabajadores en una clara fuente de ingresos en lugar de verlos como una fuga de costes:
1. Formación contra el derroche:
Ya son muchas las empresas que no proporcionan gratuitamente bolsas de plástico, que además de suponer un ahorro para la empresa, agilizan el trabajo de los cajeros. Además, esto no tiene que ser simplemente un acto de una menor atención al cliente, porque los empleados tienen que estar formados acerca del porqué de la medida y del impacto que tiene sobre el medio ambiente.
2. Libertad y empoderamiento:
Los empleados se sienten más satisfechos si son más libres en la toma de sus propias decisiones, y pueden elegir hacer parte de su trabajo a su manera. Así que es importante dar unas reglas generales pero también dejar espacio para la propia opinión. Al mismo tiempo, los superiores tienen que estar disponibles para dar respuesta lo más rápido posible ante una duda por este margen de decisión.
3. Empleados multitarea:
Especialmente en las empresas en las que los empleados están atendiendo al público, es importante ofrecer diversidad de tareas, para evitar que se sientan quemados con su trabajo y lo paguen con el cliente. Una de las recomendaciones, por ejemplo, es establecer horarios cruzados, en los que las personas vayan rotando de departamento y al mismo tiempo aprendan sobre toda la tienda, aunque lógicamente necesiten más tiempo de formación.
4. Operar con holgura:
Puede sonar asombroso una línea que está trabajando al 120%, pero es evidente que no es sostenible sin poner en riesgo la producción. Por eso es importante reducir el ritmo cuando la empresa está por encima de sus capacidades, o contratar nuevos trabajadores, aunque esto signifique un desembolso. Porque de todas las presiones que achacan al empleado, la sensación de saturación es la que más estragos provoca.
«Estas opciones funcionan bien cuando las empresas se lo creen e invierten en su gente «, afirma el profesor Ton. Y especifica que estos consejos son más fáciles de aplicar cuando la empresa empieza que cuando ya está en marcha, pero nunca es tarde si la dicha es buena.
viaEquiposyTalento
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