El clima laboral es el medio en el que se realiza el trabajo diario; afectando a la satisfacción y, por tanto, a la productividad de los trabajadores. Hay factores que están directamente relacionados con este: el «saber hacer» de los jefes, los comportamientos de los compañeros, el modo de trabajar y de relacionarse, la interacción con la empresa…
Del mismo modo, no hay que olvidar que los mismos trabajadores son el mejor altavoz de la imagen de la empresa: si están contentos, hablarán bien de ella y serán ganadores de nuevos talentos; si no, todo lo contrario: a los empleados corrientes, posiblemente no les incomode, pero los mejores buscarán otra empresa donde poder desarrollar sus competencias y que se las valoren.Los trabajadores no solo buscan un buen salario; es cierto que el sistema de remuneración contribuye al buen clima, especialmente aquellas políticas salariales que se basan en eficacia y resultados medibles; generan un ambiente motivado y promueven el esfuerzo.
Las 10 preguntas para conocer el Clima Laboral
Quizá no venga mal un análisis para averiguar si en nuestra empresa se fomenta o no el buen ambiente laboral, y después hacer una reflexión de los resultados obtenidos. Con estas preguntas, puedes conocer a primera vista cuál es la forma de dirigir, cómo afecta a la actitud de los empleados y qué podemos hacer para mejorar.
1. ¿Tienen autonomía los trabajadores para realizar sus tareas?
2. ¿Existe una buena gestión del espacio de trabajo?
3. ¿Siguen los líderes de cada equipo los objetivos de la empresa?
4. ¿Saben los líderes gestionar bien las relaciones internas, así como las tareas de sus equipos de trabajo?
5. ¿Son positivas las relaciones entre todos los trabajadores?
6. ¿Saben tus trabajadores cuáles son los objetivos a conseguir y lo que se espera de ellos?
7. ¿Crees que existe un alto grado de entrega y desempeño por parte de tus trabajadores?
8. ¿Hay muchas bajas y absentismo laboral en tu empresa?
9. ¿Ofreces a tus trabajadores compensaciones y reconocimiento por sus logros?
10. Además de un sueldo justo, ¿tienen otras facilidades como flexibilidad horaria, equilibrio entre su vida personal y profesional, etc.?
Con las respuestas a estas preguntas, es posible hacer una aaproximación al estilo directivo de la empresa. Es evidente que cuantas más respuestas positivas hayamos obtenido, mejor será el clima laboral de nuestra empresa. Del mismo modo, este pequeño test permite conocer aquello en lo que todavía podemos mejorar.
vía: TalentClue.com
Los miembros de la generación Millenial (nacidos entre los años 80 y 90) tendrán entre 15 y 20 puestos de trabajo diferentes a lo largo de su vida. Sin embargo, independientemente de la generación de la que formes parte, hay ciertas señales de alerta que indican que no debes aceptar una oferta de trabajo. A continuación se presentan diez:
1. Todo el mundo es nuevo, pero el negocio no lo es. Si hay alta rotación de personal es mala señal ¿por qué a la empresa le cuesta retener trabajadores?
2. El entrevistador se queja de la plantilla en la entrevista. Si el jefe se queja de los empleados al poco de conocerte, ¿qué crees que va a decir de ti cuando te contrate?
3. Las frases enigmáticas nunca fueron buenas. Las explicaciones vagas sugieren que la empresa no tiene una idea clara de las funciones que vas a desempeñar en la posición que te proponen.
4. Venta excesiva de un trabajo para conseguir emocionarte. El presentar un trabajo como perfecto crea falsas expectativas entre los candidatos, haciendo que decidan aceptar esa oferta aún sin tener mucha información.
5. El trabajo se anuncia una y otra vez. Si ves que un trabajo sigue reapareciendo en los anuncios, significa que nadie ha considerado lo suficientemente buena esa posición como para aceptarla.
6. No se menciona una ruta de trayectoria profesional. Si no hay una ruta que te permita ascender, puedes quedarte atascado en un callejón sin salida.
7. Los trabajadores son brutalmente honestos. Pregunta qué es lo mejor y lo peor de trabajar allí. Si los trabajadores no están satisfechos, te contestarán con completa honestidad.
8. El potencial empleador quiere tu dinero. Lo creas o no, algunas empresas piden a los candidatos que paguen por la verificación de su historial laboral y formación. Nunca pagues por trabajar.
9. No parece que a los empleados les guste su jefe. Si los empleados actúan como si no quisieran estar allí cuando está el jefe, probablemente no sea un jefe con el que quieras trabajar.
10. El lenguaje corporal de los trabajadores delata que no quieren estar allí. Observe las expresiones
de los empleados para ver si se sienten cómodos en la empresa.
vía: EquiposyTalento.com
1) Demanda y tiempo. El equilibrio entre la tensión idónea para realizar la tarea y el tiempo de que se dispone para ejecutarla en condiciones óptimas es una regla de oro para tener a raya en estrés.
2) Esfuerzo-Recompensa. No encontrar recompensa al esfuerzo realizado o verla disminuida por debajo de un determinado nivel de expectativa reduce la motivación y genera desafección. Cuando la recompensa se escapa por las rendijas de la puerta el estrés entra por la ventana.
3) Control. Quienes carecen de un mínimo control sobre la tarea son firmes candidatos a sufrir estrés laboral y cuando menor sea el control ejercido, mayor será la tensión derivada. Hay que encontrar el equilibrio entre las responsabilidades y el control personal.
4) Cambio organizacional. No hay una regla para determinar cómo impactan los cambios organizacionales en las personas pero sí la certeza de que, en mayor o menor medida, les impactan. Los cambios internos pueden desequilibrar al trabajador por los cambios que ocasionan en las relaciones.
5) Liderazgo. Una organización es lo que son sus directivos y su habilidad para dirigir equipos no sólo depende de que se consigan los objetivos
de negocio sino que se haga en condiciones saludables para las personas.
6) Apoyo social. No hace falta caer en las situaciones de acoso o mobbing para que la falta de feeling en las relaciones personales provoque situaciones de tensión. La prevención de los riesgos psicosociales es una tarea ineludible para eliminar conductas inadecuadas y favorecer la productividad y el compromiso entre los compañeros.
7) Estabilidad en el empleo. El principal miedo en el ámbito profesional es siempre a peerder el puesto de trabajo, aunque también surge en situaciones con agravios comparativos relacionados con la promoción o en una progresión demasiado lenta de los itinerarios profesionales.
vía: observatoriorh.com
Para mantener la motivación intacta es básico tener en mente aspiraciones factibles, es decir, metas que permitan nuestro desarrollo profesional efectivo y que, a su vez, nos empujen a salir la zona de confort y enseñen que afrontar retos.
Entre los objetivos más comunes que se propone un empleado está el de ascender en el organigrama de la empresa, aunque, en ocasiones, pueda resultar complicado fijar las bases para lograrlo.
Os facilitamos cuatro claves que pueden incrementar las posibilidades de conseguir un ascenso laboral:
1. Demuestra las competencias que has adquirido en tu vida profesional, sobre todo las que tengan que ver con la cultura y valores de la empresa, como, por ejemplo, influencia y persuasión, enfoque a resultados y al cliente, organización y gestión de equipos.
2. Además de verbalizar tus metas, es importante hacer visibles tus capacidades. Para ello debes mantener una actitud proactiva, es decir, toma la iniciativa a la hora de solucionar imprevistos y no tengas temor a la hora de exponer fórmulas alternativas para acometer una tarea. Con independencia de que acepten tus sugerencias o no, el convertirte en una voz con criterio y capacidad para el análisis siempre suma.
3. Apuesta por la planificación. La organización tiene tanto valor como tu capacidad para ser resolutivo. Si quieres abarcar más tareas, es importante que tengas claro que la gestión del tiempo será tu mejor aliado, aprendiendo a discernir entre lo accesorio, lo urgente y lo importante.
4. Comunicación fluida, directa y transversal. Demuestra que eres una persona abierta. La comunicación tiene un papel fundamental en el entorno laboral; por ello, es importante transmitir a cada miembro del equipo el mensaje correcto, de forma asertiva y practicando la escucha activa.
vía: RRHHpress.com
La evaluación anual es el momento clave para estar seguro de que tu trabajo está bien hecho. Sin embargo, sólo el 36% de las empresas en Europa confía en su eficacia. Los responsables de recursos humanos coinciden en que una herramienta que valore al empleado es necesaria, pero creen que hay que evitar que se convierta en algo rutinario.
Reconocer su trabajo y premiar a aquellos que más aportan es una máxima en gestión de personas que, pese a quien pese, está en peligro de extinción. Los jefes se quejan de que no tienen tiempo para evaluar a sus colaboradores, ni siquiera a los más cercanos; y los profesionales asumen la evaluación anual como un trámite más.
No obstante, el hecho de que menos del 5% de las compañías haya eliminado la gestión del desempeño o esté planteando hacerlo, confirma que las empresas no desprecian esta herramienta de seguimiento y evaluación del empleado.
Sea como sea, que los profesionales sepan qué opina su jefe de su trabajo es una cuestión primordial para su desarrollo. Pero a la vista de estos resultados se plantea un problema de difícil solución, ya que los sistemas más utilizados se han convertido en ‘un fin en sí mismos’, en lugar de una herramienta para conseguir objetivos.
No sólo es cosa de jefes
Los mandos, jefes o managers, no son los malos en esta película. Se les exige ser psicólogos, terapeutas y, además, conseguir resultados, pero a veces es todo tan simple como mantener una conversación con sus colaboradores para comprobar que todo funciona. Y si el jefe es quien pone los objetivos para hacer frente a los desafíos que persigue la empresa, el empleado tiene que elaborar una lista de su contribución.
Un buen sistema de desempeño no se circunscribe a un momento en el tiempo. Requiere de una evaluación continua y es el profesional el que debería provocar reuniones periódicas con su superior.
La vara de medir tu desempeño
Existen distintas herramientas para medir qué aportas a la compañía. La más utilizada es la Evaluación del Desempeño. Analiza cuáles han sido tus logros a lo largo del año, tu contribución a la empresa. También puede haber objetivos más globales para fomentar el trabajo en equipo o sentimiento de pertenencia a la empresa.
Desde Cisdet, ofrecemos Cursos Especializados para la Evaluación del Desempeño, proporcionando los pasos necesarios para implementarla correctamente en una organización, además de indicar las estrategias más adecuadas
y metodologías para la evaluacion de comportamientos y resultados.
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vía: Expansion.com
Realizar un máster o estudios de posgrados es una inversión, tanto económica como personal. Por ello, hay que aprender a rentabilizar al máximo los beneficios que pueden ofrecer estos estudios. Hay que enfocarlos a que actúen como impulso de nuestra carrera profesional.
¿Qué hacer para sacar el máximo partido a esta formación?
1. No te guardes nada. Implícate y participa. Un máster no es como una carrera universitaria, que te permite modular los esfuerzos. En el máster los esfuerzos se concentran. La mejor manera de hacer que el tiempo transcurra más deprisa es aprovechando cada instante.
2. Ten claro el foco. Un máster no se hace para adornar un currículo con otro título. El objetivo es aprender. No dejes pasar ninguna oportunidad de acelerar tu aprendizaje. Todo cuenta.
3. Establece un plan de trabajo diario. Por lo general, un máster no suele estudiarse de la misma forma que una carrera. Acostúmbrate a trabajar un poco todos los días y resérvate tus horas de estudio.
4. Networking y más networking. Los estudios de postgrado no son únicamente un trampolín profesional por lo que aprendes, sino por a quién conoces. Tus profesores y compañeros se mueven en tu mismo ámbito y, por tanto, son contactos que te pueden abrir oportunidades en el futuro.
5. Participa en las actividades complementarias. Seminarios, talleres, encuentros… Las escuelas de negocios suelen organizar actividades alrededor de su oferta formativa, muchas de las cuales complementan la formación con contenidos más prácticos y de actualidad.
6. Inscríbete en la bolsa de empleo. Es una excelente vía de acceso a oportunidades laborales. Además, las prácticas profesionales pueden ser una puerta de acceso al mercado laboral. Tampoco te olvides de la Asociación de Antiguos Alumnos (Alumni), ya que te permitirá generar sinergias.
Vía RRHHpress
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Te habrás cansado de escuchar que en tu reinvención profesional sólo con el currículo no basta, y que éste puede pasar a un segundo plano. Pero en cualquier experiencia de proceso de selección la vida laboral sigue ahí y muchos reclutadores la consideran aún importante.
Todo cambia, y de la misma manera que suele decirse que no puede darse ya a la entrevista de trabajo una validez absoluta, también parece admitirse que la simple lectura de la vida laboral ya no permite al reclutador percibir qué tipo de profesional tiene delante, y hoy se tiende a tener en cuenta el peso de la personalidad y de los valores del candidato.
Parece que las necesidades de reinvención profesional y de diferenciarse del resto han hecho que el currículo quede relegado. ¿Es realmente así?
El CV se sigue utilizando para recoger el perfil profesional, y las aportaciones de la tecnología a este aspecto han hecho que haya evolucionado el formato de lo que tradicionalmente se considera una vida laboral: ya no es sólo un documento en papel con la estructura tradicional, sino que también puede ser un perfil en About.me -que puede ser incluso más atractivo y válido-, o un buen perfil en redes profesionales como LinkedIn.
Lo importante es que la esencia del currículo permanece, pero se han abierto multitud de posibilidades con la tecnología, que no sólo no hay que obviar, sino que hay que aprovecharlas y explotarlas en nuestro beneficio. En breve ya no hará falta ni hacer el currículo, porque contaremos con herramientas que aglutinen toda la información contenida en diferentes fuentes de información.
Cómo adaptar la ‘vida laboral’
vía: Expansion.com
Un factor importante en todas las políticas de recursos humanos de las grandes compañías es medir la satisfacción de sus trabajadores. Conocer si éstos se sienten realizados con su trabajo, si tienen orgullo de pertenencia hacia su compañía, si la propia empresa se encuentra entre los mejores sitios para trabaja, en general, si sus empleados se encuentran felices en el trabajo.
La V Encuesta de Adecco sobre ‘La Felicidad en el Trabajo’, confirma que seis de cada diez trabajadores prefieren un menor salario a cambio de una mayor felicidad laboral.
Tan importante es sentirse bien en el trabajo que el 62% de los españoles con empleo encuestados, una marca tres puntos porcentuales superior a lo que respondieron un año atrás, estaba dispuesto a sacrificar sueldo por felicidad laboral.
¿Has dejado alguna vez que alguien te diga que no eres tan exitoso como deberías serlo? Aquí está la manera de superarlo. Lo que impide que las personas encuentren el verdadero éxito y la felicidad es una frase de siete palabras:
«Dejas que otras personas definan el éxito».
Traslada esta frase a tu propia vida. ¿Cómo establecer las metas que quieres lograr? ¿De dónde vienen las ideas? ¿Cómo mides lo que estás haciendo? ¿Sientes que has alcanzado el éxito que quieres? (Si es así, ¡enhorabuena!)
Sin embargo, si hay una voz persistente en tu cabeza que te impide avanzar, tal vez esta sea la razón. Cuando dejas que otras personas definan el éxito, tu renuncias a su control. Automáticamente permites que otros tomen decisiones y establezcan objetivos por ti.