Suele decirse que si tu lugar de trabajo es un paraíso en el que nadie discute ni discrepa, deberías desconfiar, porque en ese entorno buenista no hay paraíso laboral que valga, aunque tampoco vivir en conflicto permanente te aportará nada bueno… Puedes escoger entre tener amigos en el trabajo, o enemigos, ser demasiado auténtico o mantener una pose falsa… Es posible que decidas convivir con un colega o con un jefe al que odias, adoptar una actitud tóxica, arrogante, ser amigo de quien manda, buscar ante todo a las buenas personas y no a los eficaces…
En una era en la que innovar resulta determinante, ser uno mismo se impone como requisito, impulsado por tendencias como el mindfulness. Pero ser auténtico no implica ser totalmente transparente ni decir lo primero que se te pasa por la cabeza.
Se trata de expresar y decir lo que verdaderamente piensas y sientes, buscando la forma y el momento. A veces, cuando no te pones una careta y muestras tus emociones, puedes resultar agresivo, pero también corres el riesgo de lo contrario: resultar falso, porque no hay coherencia entre lo que dices y lo que sientes. Y entonces caes en la falta de credibilidad.
Hay quien piensa que nunca prosperarás en tu puesto si no tienes amigos en tu trabajo. Y quienes tienen un mejor amigo en el trabajo, son siete veces más proclives a estar comprometidos y enganchados en su puesto.
En realidad, se trata de tejer una red de relaciones que te permitan tomar las mejores decisiones y contar con apoyo cuando lo necesites. Cuanto más extensa sea tu red de amigos dentro de la organización, mayor será tu área de influencia y te resultará más fácil tener acceso a proyectos e información.
Pero, ¿puede ser beneficioso tener enemigos en la oficina? En cierto modo, y aunque pueda parecer absurdo, sí. Huye de los entornos laborales ‘buenistas’ en los que se da un consenso excesivo; es de mediocres
Si pensabas que la gestión de tus tareas ya era lo suficientemente difícil, ahora añádele la misión de responder a las cada vez más variadas demandas de los empleadores. Empiezas encargándote de la emisión de facturas y acabas ayudando a vender el nuevo software de la compañía. Esta práctica, cada vez más habitual en las empresas, crecerá aún más durante el 2016.
La clave de hoy es ser capaz de desempeñar un trabajo híbrido. La descripción del trabajo del futuro, combina las competencias soft y hard, es decir, las habilidades blandas y técnicas, más asociadas a los especialistas. En 2016 se va a producir un incremento sustancial en la demanda de este tipo de perfiles todoterreno por los empleadores.
Algunos trabajos antes populares ahora están en declive, ya que las habilidades demandadas se han convertido en la corriente principal y se integran en otras funciones. Por ejemplo, las ofertas laborales dirigidas a asesores de comunicación han caído un 64% en los últimos cinco años, mientras la necesidad de Community Managers ha aumentado considerablemente (hasta el 376%), igual que los puestos de ventas (hasta el 150%), y los de marketing y relaciones públicas (hasta el 117%), un incremento similar a la de diseñadores, según los resultados del informe.
Los solicitantes de empleo deben demostrar versatilidad y agilidad, así como una gran capacidad de adaptación y aprendizaje.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Felicidad el pasado 20 de marzo, se quisó conocer el grado de satisfacción de los trabajores en sus actuales puestos de trabajo.
El estudio se ha realizado en Argentina, Colombia, Chile, México, Perú y España, y se ha encuestado a un total de 7.571 personas. Si comparamos los resultados obtenidos en estos países, vemos las diferencias existentes: los colombianos se sitúan a la cabeza con un 42% de empleados felices, seguidos por Chile y México con un 39%, Perú con un 35%, para pasar al 24% y 22% de Argentina y España respectivamente.
Variables de satisfacción
Algunas de las variables que se manejan son el equilibrio entre la vida profesional y la personal; su confianza en la organización para la que trabajan; las relaciones con compañeros, o el grado de satisfacción con su empleo.
En el caso de España, un 41,1% de los trabajadores están “muy en desacuerdo” con la afirmación de que en sus empresas se promueven políticas de conciliación familiar, y el 18,8% están “en desacuerdo”. Superan el 20% aquellos que ni están de acuerdo ni en desacuerdo, y algo más del 19% están de acuerdo o muy de acuerdo.
Los resultados son algo más optimistas si nos referimos a la amistad en el trabajo (el 28,7% aseguran contar con buenos amigos como compañeros), aunque el porcentaje más elevado, un 33,7%, se queda en terreno neutral.
Otra de las variables contempladas en este estudio es la confianza del trabajador en su organización: más de la mitad de los empleados desconfía de su empresa, mientras que en el extremo contrario reunimos 18,8% de las respuestas.
La última variable referente al estudio sobre la felicidad laboral deja latente el deseo de los encuestados por cambiar de empresa si se da dicha oportunidad. El 7,1% de los españoles serían fieles a su organización aunque recibieran propuestas de otras compañías; la gran mayoría cambiaría.
El currículum es la primera imagen que obtiene una empresa de nosotros. Por ello, hay que diferenciarse para llamar la atención del reclutador. Hay que tener claro que el objetivo de un currículum no es lograr de primeras el puesto de trabajo, sino que la empresa se interese por la candidatura del aspirante.
Hay seis puntos clave para hacer un currículum atractivo y que destaque por encima de otras candidaturas:
1. Incluir una “declaración personal de intenciones”. Incluir unas líneas en el currículum, debajo de los datos de contacto, sobre el papel que a uno le gustaría desarrollar en esa compañía, metas y objetivos. Esto ayudará al reclutador a tener una instantánea sobre el candidato y saber si encajaría o no en el perfil.
2. Adaptar la descripción de las funciones. A la hora de describir las funciones realizadas en anteriores trabajos, es muy efectivo incluir adjetivos similares a los utilizados en el anuncio de trabajo, pero sin replicar palabra por palabra.
3. Evitar los tópicos. Los reclutadores buscan evidencias tangibles de los logros conseguidos, no una lista de adjetivos manidos. No es suficiente asegurar que uno es buen trabajador, responsable y con grandes habilidades para trabajar en equipo, hay que ser capaz de demostrarlo con una evidencia sólida. Esto se podría lograr poniendo ejemplos de situaciones en las que se hayan puesto en práctica dichas cualidades o capacidades.
4. Proporcionar pruebas contundentes de los logros. Cuando se enumeran los logros, hay que tener en cuenta que lo que realmente impresiona a los reclutadores son los datos.
Los procesos de reclutamiento y selección ya no se centran únicamente en las prefrencias de las empresas, sino que poco a poco se han ido enfocando hacia las inquietudes de los candidatos: aptitudes, actitudes, valores…
Por ello, se dice que los procesos de selección se están humanizando: se coloca a la persona en el centro de atención. Los sentimientos y emociones de las personas comienzan a tener mucho que ver a la hora de decidir si trabajar con una compañía u otra.
Los candidatos quieren saber cuál es la dirección de la empresa para decidir si coindice con sus proyecciones o no. Tanto la empresa como el candidato necesitan compartir sus valores y misión para conseguir buenos resultados.
Difundir la cultura de empresa es muy importante. Hay que dar a conocer el estilo, la forma, las maneras y estrategias de los equipos. Como es de imaginar esta tarea requiere de un elevado nivel de transparencia. Para lograr esta visión se pueden facilitar espacios webs y medios sociales, publicaciones…
Las empresas eran reacias a mostrar su cartera de clientes. Sin embargo esto también ha cambiado. A no ser que sea el propio cliente el que nos pida su ocultación, la mayoría de las compañías, especialmente las de base tecnológica, incluyen en sus plataformas web una pestaña donde se puede ver un listado de las empresas participantes o clientes habituales.
El salario emocional es una poderosa herramienta con la que fidelizar a los trabajadores de una empresa, ya que se trata de una retribución que redunda en el desarrollo profesional de los recursos humanos al margen del aspecto económico.
Dentro de esta estrategia de fidelización, podemos encontrar elementos como las oportunidades de ascenso, el reconocimiento al trabajo bien hecho, la flexibilidad de horarios o, directamente, facilidades para conciliar la faceta profesional y la familiar.
Se podría decir que este salalrio, es una forma de invertir en el bienestar y la motivación de los trabajadores, y, a la larga, en el incremento de su productividad, además de ser una forma efectiva de evitar la fuga de talentos a la competencia.
¿Cómo puedo aplicar este salario emocional en mi empresa? Estas son algunas de las formas indicadas:
Dar feedback positivo. Sobre todo después de épocas de sobresfuerzo y cuando se ha logrado alcanzar con éxito un objetivo. Es nuestra obligación hacer el trabajo bien hecho pero los buenos resultados se tienen que comunicar y poner en valor a quienes lo han hecho posible.
El tiempo libre. Al tener en cuenta de que tratamos de motivar con aspectos no monetarios, el tiempo es una poderosa herramienta que contribuye a aumentar el salario emocional. Si consideras que tu equipo ha hecho un buen trabajo después de una temporada con mayor carga de trabajo de lo habitual, ¿por qué no dejar que se tomen la tarde libre?
Pedir un aumento de sueldo tiende a ser una tarea a la que muchos trabajadores temen. Son múltiples las dudas que nos asaltan ante este tema y lo más común es coger lo que la empresa termina por ofrecernos. ¿Realmente me lo merezco? ¿Cómo lo enfoco? ¿Debo resignarse a lo que me ofrecen?
Segúna una encuesta reciente, solo un 38% de los candidatos intentó negociar la oferta salarial que la empresa sugería. Esto es un error, ya que 7 de cada 10 empresas estaban dispuestas a negociar con cierto margen de incremento.
A continuación, algunos consejos útiles para hacer frente a un aumento del salario:
1. Busca referencias salariales
Son muchas las webs que informan sobre los rangos de salario en los diferentes cargos. Esto te permitirá tener una mejor orientación sobre cuánto pedir o cuánto aceptar, en función de la oferta.
Cataluña, Madrid y Andalucía son las comunidades autónomas que más empresas han creado en España en términos absolutos en los últimos cinco años, con 3.038, 2.054 y 1.831 constituciones, respectivamente.
El peso conjunto en la creación de empresas de las tres comunidades señaladas sobre el total de España crece, pasando de representar el 56% en 2011 al 58% en 2015. Madrid lidera los datos todos los años, alcanzando las 19.952 empresas constituidas en 2015. Solo en cuatro autonomías caen las constituciones: Castilla La Mancha, Castilla León y Galicia, en todas un 3%, y Navarra, un 9%.
Nacen más empresas pero con manos capital
El número de sociedades creadas se incrementa un 11% durante este quinquenio, aunque en 2015 la cifra es ligeramente inferior a 2014, pasando de 84.806 en 2011 a 94.439 al cierre de 2015. Todavía no se alcanzan los niveles de creación de empresas anteriores a 2009, cuando se superaban las 100.000 anuales, mostrando un cierto estancamiento del dinamismo empresarial.
Son ya numerosos los casos donde se ha utilizado la necesidad, e incluso desesperación, de algunas personas por conseguir un trabajo para captar víctimas y estafarlas. ¿Cuáles son los aspectos de estas ofertas que deben destapar nuestra sospecha? ¿Cuáles son los fraudes más comunes?
El principal indicador de sospecha es que generalmente la empresa contratante no cuenta con una página web, ni están registrados en portales de empleo. Asimismo, suelen hacer públicos los sueldos que, en general, están por encima de la media del mercado, y cuentan con horarios extremadamente flexibles. Es más, estas estafas suelen estar relacionadas con trabajos desde casa o negocios piramidales.
Una vez captan a sus víctimas, a menudo exigen a los “supuestos candidatos” la realización de una transferencia bancaria, o incluso la instrucción de pagar una suma de dinero por concepto de gastos de alojamiento o gestión documental. Seamos contundentes: jamás se debe pagar por solicitar un trabajo; una empresa seria nunca cobraría por ello.
A continuación te mostramos las características de algunas de las ofertas que deben, al menos, clasificarse como sospechosas:
1. Pago para trabajar en el extranjero: existen ofertas para trabajar en el extranjero que requieren el pago de una cuota previa. Los avisos suelen recurrir a imágenes persuasivas, y luego cobran gastos de alojamiento a través de plataformas que no dejan rastro. Un buen consejo es buscar en Internet opiniones de personas que hayan tenido alguna experiencia con esas empresas.
2. Falsos gastos administrativos: son aquellas ofertas que llegan como correos electrónicos a la carpeta de No Deseado o Spam. Una vez que la víctima se interesa por la misma, le solicitan un depósito de dinero para falsos gastos administrativos.
3. Ofertas que solicitan datos personales: existe otro tipo de farsantes que, en lugar de conseguir dinero, piden información personal para incluirlas en una base de datos que luego venden a terceros para envíos masivos de publicidad.
Si hubiera que resumir mucho el origen de los conflictos que te envuelven en tu trabajo tal vez se pueda concluir que la relación con tu jefe, la forma en la que te vendes o te mueves hoy en las redes sociales; y la decisión de ser demasiado transparente, pueden condicionar tu vida laboral. Parece evidente que con tus compañeros de oficina pasas cada día más tiempo que con tu propia familia y amigos. Por eso, aunque ser honesto es una norma, no debes excederte en la información que facilitas.
Hay cinco situaciones en las que la discreción y una buena gestión personal pueden ayudarte a no tener problemas. Para empezar, está la forma de manejar el supuesto de que te enteres con antelación de que vas a ascender y te convertirás en el jefe de los que ahora son tus compañeros.
También está el caso de que seas el favorito de quien manda, con una relación de confianza profesional que te otorga una posición predominante dentro de tu organización. Aunque no puedas ocultarlo, se trata de no alardear de ello. A esto se une la norma de no hablar demasiado sobre lo que ganas, y por supuesto acerca de lo que crees que mereces, en comparación con el resto.