Pese a los buenos datos de los últimos meses, el desempleo es y seguirá siendo el gran problema de la economía española durante años. Hay menos parados, pero también menos afiliados a la Seguridad Social, menos población activa y más gente que ha renunciado a encontrar trabajo a través de los servicios públicos, por no hablar de los que han dejado el país en busca de oportunidades.
La temporada de verano abre nuevas puertas, principalmente en la hostelería, pero en zonas muy concretas de la geografía española. Sin embargo, y si la tendencia de los primeros meses se mantiene, quizás las oportunidades estén cada vez al alcance de más ciudadanos. Según un estudio de una conocida ETT, cuyas conclusiones se dieron a conocer ayer, el 12,48% de los contratos realizados en los tres primeros meses de 2014 en España, más de 444.000, «se generaron a partir de procesos interprovinciales de emigración para conseguir un empleo». Es decir, que 12 de cada 100 firmantes aceptaron desplazarse para un puesto en otra provincia, uno de los temas que más controversia ha causado en los últimos años.
Además, según el análisis de la empresa de recursos humanos, el primer trimestre de 2014 ha registrado la tasa de movilidad más alta desde 2010, teniendo en cuenta todos los tipos de contratos existentes. En el periodo observado se cerraron 3.557.000 contratos, y de ellos «más de 444.000 vienen motivados por la migración, ya que el trabajador consigue acceder al empleo en una provincia diferente a la de su última residencia».
Por razones obvias, el saldo oscila de forma notable entre las CCAA. «De esta manera, se aprecia que el saldo migratorio resultante de este movimiento es positivo en seis comunidades autónomas, mientras que ocho de ellas son emisoras de trabajadores», explica el informe. Así, Madrid es la comunidad autónoma más receptora de trabajadores, con un saldo positivo de 37.532. Le siguen Andalucía, con 7.531; Murcia, con 4.146, y País Vasco, con 2.624. Y cierran la lista Baleares (1.651) y Navarra (1.492). Por el lado contrario, Castilla-La Mancha tuvo en los tres primeros meses del año un saldo negativo de 16.443 profesionales; Castilla y León, -7.469; y Aragón, -6.569.
Los datos de los Servicios Públicos de Empleo sirven también para intentar establecer un perfil tipo del trabajador migrante. Algo relevante teniendo en cuenta que la distribución de la tasa de desempleo no es precisamente homogénea, y que hay determinados grupos de edad (y sobre todo, de formación) mucho más afectados.
Para esta ETT «si bien a nivel nacional la tasa de movilidad se sitúa en el 12,48%, se aprecia que es superior en hombres (14,8%) que en mujeres (9,4%). Asimismo, el estudio refleja que las edades donde la movilidad es más elevada abarca entre los 25 y los 34 años, con un 14,1%, y entre los 35 y los 44, con un 12,8%».
Donde hay resultados quizás menos intuitivos es en la distribución por sectores. Así, si bien es el sector servicios el que más contratos de movilidad engloba en términos absolutos, sin embargo «tiene una tasa de movilidad inferior al resto de sectores. El 76% de los trabajadores españoles desarrolla su actividad en el sector servicios, pero sólo el 57% de los contratos firmados ha implicado movilidad». En cambio, aunque únicamente un 5% de los ocupados en España está empleado en agricultura, «más del 27% de los contratos registrados han motivado un cambio de residencia por parte del profesional».
Sin embargo, como siempre en economía, una cosa es el flujo y otra el stock. Aunque la movilidad ha aumentado entre los nuevos contratos en los últimos tiempos, la Encuesta de Movilidad Laboral y Geográfica del INE, sobre el total de la ocupación, muestra, con datos de 2013, que apenas el 2,3% de los ocupados ha cambiado de municipio de residencia en los 12 meses anteriores y que la tendencia a la movilidad de los ocupados, además, «viene disminuyendo desde 2010, año en que el correspondiente porcentaje fue del 3,2%».
En España, uno de cada tres ocupados no había cambiado de municipio de residencia desde su nacimiento, pero un 37,5% de los ocupados ha cambiado de municipio dentro de la misma provincia al menos una vez. Eso sí, mientras el 4,3% de los ocupados de 16 a 34 años había cambiado de municipio de residencia en el último año, sólo el 4,0% de los desempleados había hecho lo mismo.
Vía:elmundo.es
Sobre el autor